sábado, 9 de noviembre de 2013

Imposible de plagiar

Es sabido que Borges era irónico, tal vez demasiado en ocasiones. Aquí, unos ejemplos:

—Hablando de un tipo, «un escritor borroso», que se queja de que otra escritora lo plagia, dice: «En realidad no se lo puede plagiar, porque inmediatamente después de leerlo uno lo olvida. Habría que transcribirlo».

—Un día le dicen que está en Buenos Aires otro escritor y comenta: «Como en Buenos Aires hay varios millones de personas nos queda la esperanza de no encontrarlo».

—Mallea le dijo a Borges: «Yo no firmo manifiestos colectivos». Comentario de Borges: «¿Qué otros hay?». Mallea insistió: «Yo no firmo lo que escriben otros». Comentario de Borges: «Qué lástima».

—Borges: «¿La penúltima puerta? Qué buen título. Mallea tiene una notable capacidad para elegir buenos títulos. Es una lástima que se obstine en añadirles libros».

Adolfo Bioy Casares. Borges (2006). Barcelona: Destino, 2006; 1663 pp.; col. Imago Mundi; edición al cargo de Daniel Martino; ISBN: 978-9507320859.