lunes, 30 de septiembre de 2013

Astutos ojos ovalados

El Buen Lobito, de Nadia Shireen, es el primer álbum de su autora y es un gran debut. Es un relato de advertencia, como tantos cuentos populares, y con un humor semejante al de Emily Gravett y otros autores más bien sarcásticos.

En la primera doble página vemos a unos oyentes (tres cerditos rosa, una niña-caperucita de rojo, otra niña y un lobito gris) que atienden a alguien, a quien no vemos, mientras les cuenta un relato. Ese relato trata de una Abuelita y su amigo el Buen Lobito, muy parecido al oyente del principio. Al Buen Lobito le encantaba ser bueno pero Abuelita le advertía, sin embargo, que también había lobos malos y, en efecto, un día encuentra uno: un negrísimo Lobo Malo. Este le dice que los lobos son malos y le desafía a que se comporte como un lobo, cosa que el Buen Lobito intenta, pero no le sale..., hasta que ve a la Abuelita en peligro.

El relato es excelente y está muy bien contado pero habrá quien sufra con el desenlace. La cubierta, de las que sintetiza bien la historia, es un acierto. Los personajes atraen al lector pues son amables y graciosos. Una forma de transmitir gráficamente la bondad es que los ojos de la Abuelita y del Lobito Bueno, son circulares y tienen, sobre fondo blanco, una pupila pequeña; de hecho, cuando el Lobito Bueno se irrita mucho, la forma de sus ojos deja de ser circular. En cambio, el Lobo Malo tiene, aparte de la piel negra y un pelaje áspero que contrasta con el pelaje lanudo y abrazable del Lobito Bueno, unos ojos ovalados con fondo amarillo que respiran astucia.

Nadia Shireen. El buen lobito (Good Little Wolf, 2011). Madrid: Bruño, 2012; 32 pp.; trad. de Cristina González; ISBN: 978-84-216-8965-3.